¿Cómo puedo saber si me faltan vitaminas y minerales?

El cuerpo humano está diseñado con la asombrosa capacidad para estar sano y fuerte. Para esto, necesita ciertos nutrientes, cuidados y un buen contexto para mantenerse en equilibrio y desarrollarse plenamente. 

Las vitaminas y minerales son nutrientes esenciales que requerimos para que nuestro cuerpo funcione adecuadamente, mantenga su equilibrio y tenga capacidad para resolver enfermedades. 

Pero en nuestro ritmo de vida acelerado en medio de grandes ciudades, es común tener una nutrición insuficiente y condiciones de vida que muchas veces no cumplen con los cuidados básicos para nuestro bienestar. Esto es como querer que funcionen nuestros dispositivos electrónicos sin recargarlos cuando hay señal de batería baja. 

La falta de vitaminas y minerales en el cuerpo se convierten en deficiencias nutricionales que  comienzan a manifestar una serie de síntomas o en algunos casos, a compensar y adaptarse a esta nueva realidad deficitaria. A veces esto sucede buscando otras fuentes de energía o hasta apagando ciertas funciones de nuestro metabolismo. 

Y aún sabiendo que la salud de cada persona es individual, hay ciertos parámetros y señales que podemos identificar de manera general cuando el cuerpo nos está tratando de avisar que no tenemos suficiente energía para hacer funcionar adecuadamente todos nuestros procesos internos. Por ello, reconocer y responder a estas señales o síntomas es fundamental para restaurar el bienestar y mantener nuestro cuerpo funcionando de la mejor manera posible.

Tipos de deficiencias de vitaminas y minerales

Las deficiencias de vitaminas y minerales pueden clasificarse según su gravedad y efecto en la salud, organizándose en distintos niveles que van desde condiciones subclínicas hasta deficiencias que ya se consideran como enfermedades reconocidas. Es importante que tengamos una idea más clara sobre esto: 

Deficiencias Subclínicas o Subóptimas:

  • Son los niveles insuficientes de nutrientes que no son lo suficientemente bajos como para causar síntomas agudos o enfermedades diagnósticas, pero pueden afectar negativamente el bienestar general, la función cognitiva y los niveles de energía.

  • Por ejemplo, niveles bajos de vitamina D que no llegan a causar raquitismo, o una ligera insuficiencia de magnesio que puede resultar en fatiga leve o moderada.

Deficiencias Nutricionales Severas (enfermedades diagnosticables):

  • Son las deficiencias que resultan en síntomas físicos claros y se reconocen como condiciones médicas específicas. Requieren intervención médica para corregirse y evitar complicaciones graves.

  • Por ejemplo, la Anemia por deficiencia de hierro, escorbuto por falta de vitamina C, y raquitismo debido a insuficiencia de vitamina D.

Deficiencias Nutricionales Crónicas Subóptimas:

  • Son un estado prolongado de ingesta insuficiente de nutrientes que no se manifiesta en enfermedades agudas pero deteriora gradualmente la salud general. Este nivel intermedio afecta el funcionamiento corporal, desde la inmunidad hasta el metabolismo, y aunque no se clasifica directamente como enfermedad, su impacto a largo plazo en la salud es significativo.

  • Estas deficiencias son especialmente complejas porque pueden no ser reconocidas hasta que han causado un daño considerable. 

Esta clasificación nos muestra la importancia de reconocer y abordar las deficiencias nutricionales en todos sus niveles, no solo para tratar enfermedades evidentes sino también para mejorar la calidad de vida y prevenir problemas de salud a largo plazo.

Señales para identificar las deficiencias de vitaminas y minerales.

Tomar conciencia de nuestro cuerpo y sus necesidades es el primer paso hacia un bienestar duradero. Es esencial recordar y tener en mente que el cuerpo humano está diseñado para operar eficientemente y permanecer saludable. Por eso, cuando descubres en tu cuerpo diversos síntomas, no debes considerarlos como meras molestias; porque son, de hecho, señales claras de que algo falta, en particular, nutrientes esenciales que son vitales para su funcionamiento. 

Cada organismo tiene un ritmo particular y necesidades específicas, pero de manera general y basado en la evidencia científica, podemos encontrar algunos parámetros generales para descubrir qué vitaminas o minerales nos hacen falta. Aquí te tienes un a lista de señales de alerta para detectar deficiencias nutricionales:

  1. Fatiga persistente: La falta de hierro, vitamina D, y las vitaminas B, especialmente B12, puede conducir a una sensación de fatiga crónica. 

  1. Debilidad muscular y calambres: Elementos como el magnesio y el potasio son fundamentales para la función muscular. La debilidad y los calambres pueden ser signos de su deficiencia.

  1. Problemas cutáneos: La vitamina A, vitamina C, y el zinc juegan un papel crucial en la salud de la piel. La sequedad, descamación, y erupciones pueden indicar falta de estos nutrientes esenciales.

  1. Dificultad para concentrarse: El hierro y el omega-3 son importantes para la función cognitiva. La deficiencia de hierro puede afectar la concentración y el rendimiento cognitivo.

  1. Problemas gastrointestinales: Una ingesta inadecuada de fibra, agua y ciertos minerales puede causar problemas digestivos.

  1. Pérdida de cabello: La biotina (vitamina B7) es conocida por su papel en la salud del cabello. La deficiencia de biotina puede manifestarse en pérdida de cabello excesiva.

  1. Infecciones recurrentes: Un sistema inmunológico debilitado puede ser el resultado de deficiencias de vitaminas A, C, y D, así como de minerales como el zinc.

  1. Problemas óseos: La vitamina D y el calcio son vitales para la salud ósea. La deficiencia puede llevar a debilidad ósea y aumentar el riesgo de osteoporosis.

  1. Alteraciones del estado de ánimo: Las deficiencias de ácido fólico y vitamina B12 pueden afectar el estado de ánimo, contribuyendo a la depresión.

¿Qué debo hacer si me faltan vitaminas y minerales? 

Si sospechas que tienes deficiencias de vitaminas y minerales, te recomendamos tomar las siguientes acciones:

  • Consulta a un profesional de la salud: 

El primer paso es buscar la orientación de un médico o nutricionista para que te ayuden a identificar cualquier deficiencia específica y proporcionarte recomendaciones personalizadas, que pueden incluir ajustes en tu dieta, la incorporación de suplementos o incluso la exploración de terapias avanzadas como la terapia de sueros vitaminados dependiendo de tus necesidades individuales.

  • Revisa y enriquece tu alimentación: 

Evalúa tu alimentación diaria para asegurarte de que estás consumiendo una amplia variedad de alimentos nutritivos. Incluir frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables es fundamental para obtener un espectro completo de nutrientes esenciales que tu cuerpo necesita para funcionar adecuadamente.

  • Considera la suplementación:

En determinadas situaciones, los suplementos nutricionales juegan un papel crucial en mantener un equilibrio saludable de nutrientes. Por ejemplo, durante los meses de invierno, la producción natural de vitamina D a través de la exposición solar puede disminuir significativamente, haciendo necesaria la suplementación para evitar deficiencias. La adecuada selección de suplementos, con ingredientes y fórmulas de calidad,  bajo la guía de un profesional de la salud, puede proporcionar los nutrientes que quizás no se obtengan en cantidades suficientes a través de la alimentación diaria.

  • Considera la terapia de sueros vitaminados: Cuando la dieta y la suplementación oral no logran satisfacer las necesidades nutricionales del cuerpo o en presencia de condiciones que impiden la correcta absorción de nutrientes, la terapia de sueros vitaminados es una alternativa poderosa. Esta intervención médica consiste en la administración intravenosa de vitaminas y minerales directamente en el torrente sanguíneo que asegura una tasa de absorción casi total, proporcionando un efecto terapéutico rápido y eficaz. Es ideal para individuos con problemas de absorción gastrointestinal, o aquellos en búsqueda de un impulso inmediato en su estado de salud y bienestar general.

  • Identifica y trata la causa subyacente:
    Hay que tratar cuanto antes los síntomas pero también identificar y abordar el origen de las deficiencias. Porque no basta con suplir la falta de vitaminas y minerales sino eliminar la causa por la cual tu cuerpo no tiene las reservas y cantidades adecuadas de los nutrientes esenciales. Hay que identificar si es que no estás ingiriendo los nutrientes, si tu cuerpo no los está absorbiendo o procesando adecuadamente o si los está perdiendo. 

  • Análisis Clínico Funcional:

Para diagnósticos complejos de deficiencias nutricionales o cuando múltiples síntomas sugieren una carencia de varios nutrientes a la vez, es oportuno considerar estudios especializados de laboratorio. Para ir más allá que los análisis de sangre estándar, entender cómo tu cuerpo procesa los nutrientes a nivel metabólico y encontrar las causas subyacentes. Al evaluar la absorción, utilización y metabolismo de nutrientes esenciales, estos análisis revelan tanto las deficiencias como el impacto de ciertas condiciones de salud en tu metabolismo. Con esta información detallada, los especialistas pueden brindarte recomendaciones específicas y ajustadas para recuperar tu salud nutricional.

Tomando estas acciones, no solo podrás corregir las deficiencias actuales sino también promover un estado de salud óptimo y prevenir problemas futuros.

Cuida tu salud empezando por las vitaminas y minerales que necesitas. 

Entonces, un buen paso para empezar a cuidarte, recuperar y mantener tu salud es atender tus necesidades reales de vitaminas y minerales. 

En Centro Aware siempre les recordamos que cada uno de nosotros es único y que tenemos necesidades distintas que varían según nuestra etapa de vida, los retos que enfrentamos y el lugar en el que vivimos. Por eso, es esencial estar siempre atentos y proactivos para cuidarnos. 

Aprender cuáles son esos nutrientes que necesitamos y cómo obtenerlos puede hacer una gran diferencia en cómo nos sentimos día a día. Por eso, te animamos a escuchar a tu cuerpo, prestar atención a las señales que te da, revisarlo periódicamente y buscar la forma de darle lo que necesita. 

Así, vas a mejorar tu salud a corto plazo y además estarás invirtiendo en un futuro más saludable y pleno para ti. ¡Cuidarte es la mejor decisión que puedes tomar!.

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