El café es una de las bebidas más populares en todo el mundo y su principal componente activo, la cafeína, tiene un impacto significativo en nuestro cuerpo y nuestra salud. Consumir café y otras fuentes de cafeína puede tener una serie de efectos tanto positivos como negativos, por ello es importante comprender cómo afecta a nuestro organismo de manera individual.
La cafeína es un estimulante del sistema nervioso central que se encuentra naturalmente en las semillas, frutas y hojas de algunas plantas, siendo el café una de las fuentes más comunes.
¿Qué pasa cuando tomamos café?
Buena o mala, depende de la persona que lo toma.
De manera general podemos identificar ciertos pros y contras de consumir cafeína, pero sin duda el impacto que genera en una persona depende de su condición y metabolismo, así como del momento en que lo toma.
Con nuestros pacientes, siempre insistimos, lo importante es tomar en cuenta que cada persona metaboliza la cafeína de manera única y es por ello que algunas personas pueden procesarla rápidamente, mientras que otras pueden ser más sensibles a sus efectos y necesitar más tiempo para eliminarla de su sistema. Además, cabe señalar que la capacidad para metabolizar la cafeína puede no ser siempre igual en una misma persona ya que su organismo está simultáneamente respondiendo a muchos factores y estímulos.
Vamos a revisar de manera general el impacto de tomar café en nuestro cuerpo.
Pros:
- Estimulante: La cafeína puede ayudar a aumentar la energía, la concentración y la alerta mental. Muchas personas recurren al café por la mañana para comenzar el día con energía.
- Rendimiento físico: La cafeína ha demostrado mejorar el rendimiento deportivo al aumentar la resistencia y reducir la percepción del esfuerzo. Es común encontrar suplementos de cafeína en el ámbito deportivo.
- Quema de grasa: La cafeína puede aumentar ligeramente el metabolismo, lo que ayuda a quemar más calorías y puede facilitar la pérdida de peso.
- Mejora el estado de ánimo: La cafeína puede estimular la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, lo que puede mejorar el estado de ánimo y reducir la depresión leve.
- Antioxidante: el café es una fuente rica de antioxidantes, como los ácidos clorogénicos y los polifenoles. Estos compuestos pueden ayudar a neutralizar los radicales libres y proteger las células contra el daño oxidativo que puede dañar a las células, contribuir al envejecimiento y diversas enfermedades.
Contras:
- Insomnio y trastornos del sueño: La cafeína puede interferir con la calidad del sueño y dificultar conciliarlo, especialmente si se consume en exceso o cerca de la hora de dormir. Esto puede provocar somnolencia diurna y afectar negativamente la salud a largo plazo.
- Dependencia y tolerancia: El consumo regular de cafeína puede generar dependencia y tolerancia, lo que significa que se necesita una mayor cantidad de cafeína para lograr los mismos efectos. La falta de cafeína también puede provocar síntomas de abstinencia, como dolor de cabeza y fatiga.
- Problemas gastrointestinales: El café puede irritar el revestimiento del estómago y causar acidez, reflujo ácido y malestar gastrointestinal en algunas personas. También puede actuar como un diurético, lo que aumenta la frecuencia de la micción.
- Efectos sobre la presión arterial y el corazón: La cafeína puede aumentar temporalmente la presión arterial y el ritmo cardíaco, lo que puede ser problemático para personas con hipertensión o problemas cardíacos.
Consumo de café y problemas para dormir
- Establecer límites: Limita tu consumo de cafeína a cantidades moderadas, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se consideran alrededor de 400 miligramos (mg) al día para adultos sanos. Esto equivale aproximadamente a 3-4 tazas de café estándar. Sin embargo, es importante tener en cuenta lo que ya comentamos sobre la sensibilidad a la cafeína que puede variar entre las personas y también que ciertas condiciones de salud pueden requerir una limitación adicional o evitar por completo el consumo de cafeína.
- Controlar el momento del consumo: Evita consumir cafeína cerca de la hora de dormir, ya que puede afectar la calidad del sueño. Intenta limitar su consumo a la mañana o primeras horas de la tarde.
- Escucha a tu cuerpo: Si experimentas efectos negativos como insomnio, irritación gastrointestinal o nerviosismo, considera reducir o eliminar el consumo de cafeína por completo.
- Buscar alternativas: Si deseas reducir tu consumo de cafeína, considera alternativas como el té descafeinado, infusiones de hierbas o bebidas sin cafeína.
- Presta atención a las señales de tu cuerpo: Observa cómo te sientes después de consumir café. Si experimentas nerviosismo, irritabilidad, dificultad para dormir, malestar estomacal o aumento de la frecuencia cardíaca, es posible que hayas consumido una cantidad excesiva de cafeína.
- Encuentra tu equilibrio personal: Cada persona tiene una tolerancia diferente a la cafeína. Ajusta la cantidad de café que consumes según tus necesidades y reacciones individuales. Si te sientes alerta, enfocado y con una energía equilibrada, es probable que hayas encontrado la cantidad adecuada para ti.
- Limita la ingesta de cafeína por la tarde y noche: Para evitar interferir con el sueño, es recomendable reducir o evitar el consumo de café en las horas cercanas a la hora de dormir. Esto ayudará a prevenir posibles efectos adversos en el descanso.
1. Los metabolitos son productos químicos resultantes del proceso de metabolismo en el cuerpo. Cuando consumimos alimentos, medicamentos u otras sustancias, el organismo las procesa y las transforma en metabolitos a través de diversas reacciones químicas. Estos metabolitos pueden tener diferentes propiedades y funciones en comparación con la sustancia original, y a menudo son eliminados del cuerpo a través de la orina o las heces.
2. El ritmo circadiano es un ciclo biológico de aproximadamente 24 horas que regula varios procesos fisiológicos en nuestro cuerpo, incluido el ciclo de sueño y vigilia. Este ritmo es controlado principalmente por una parte del cerebro que responde a la luz y la oscuridad del entorno, influye en la producción de hormonas, la temperatura corporal, la presión arterial y otros aspectos de nuestro funcionamiento físico y mental a lo largo del día. Mantener un ritmo circadiano saludable es crucial para una buena calidad de sueño y un óptimo estado de bienestar.